Isabel Pérez Sanz
El lema: “Familia de Dios con estilo salesiano” nos ha convocado en Málaga para el Encuentro Regional, y me da pie para hacer alguna breve reflexión.
SER FAMILIA y sentirse familia, es un bien necesario y una escuela única, llena de relaciones, donde aprendemos a vivir el afecto, el respeto mutuo y la responsabilidad recíproca. En la familia, la fe se transmite por ósmosis. (Cfr testimonio de D. Stefano en BS)
DE DIOS, que es comunión de amor en su interior, y ese Amor, de unidad en la diversidad, algunos la expresan (y me ha encantado la imagen) como una vela encendida: La vela en sí misma simboliza al Padre, la cera que fluye es el Hijo, que procede del Padre y la llama es el Espíritu Santo. Los tres son «vela», pero son distintos entre sí.
CON ESTILO SALESIANO. “La Misión de Don Bosco y de su Familia espiritual se inserta en la común vocación cristiana al apostolado. Pero, como responde a un don espiritual, es de origen carismático: es el Espíritu del Padre y del Señor Resucitado el que, como en el pasado envió a Don Bosco a los jóvenes y a las clases populares, en el curso de la historia, sigue enviando a sus hijos espirituales a perpetuar su apostolado” (cfr. Art 14 Carta de la Identidad carismática).
En la Asociación de SSCC estamos llamados a vivir en familia y, como punto de partida, vivimos el encuentro que permite y facilita la comunicación, nutre el espíritu común y fortalece nuestra misión. Esa experiencia de encuentro, la enriquecemos cuando cada uno hace camino para salir de su realidad y compartir con los hermanos el regalo de su llamada a ser luz y a compartir SU luz.
En el encuentro de Málaga, en un ambiente de formación y trabajo distendido, se facilitó la escucha sin prisas. Esta ‘escucha’ que no puede prescindir de la cercanía física, “del cara a cara”, crece en el encuentro cotidiano. Así vamos construyendo entre nosotros relaciones sólidas y duraderas.
Constatamos que la apertura a la Iglesia, a conocer y dejarnos interpelar por las varias experiencias de la Iglesia local y el testimonio de muchos creyentes seguidores del Evangelio, nos ha enriquecido. Quien ama a los otros, quien camina en la verdad, quien da vida por donde pasa, va colmando de LUZ el espacio de los hijos de Dios.
Nos alegramos de que en la Asociación y en la Iglesia haya mucha gente buena que llena de luz la familia y el mundo; hay muchos santos, muchos testigos cuya luz está bien puesta en el candelero. En la vida diaria nos vemos rodeados de santidad por todas partes.
María, Auxiliadora y Madre, nos invita a CONFIAR. Que Ella conceda a la Asociación el don de ser presencia viva y eficaz en la Misión juvenil.