Borja Pérez Galnares
En nuestro proyecto anual, que invita a ser sal y luz en el mundo con estilo salesiano, queremos también poner de manifiesto nuestra dimensión eclesial.
Don Bosco fue en sus primeros años un sacerdote más de la diócesis de Turín que, inmerso en la realidad social y eclesial local de su tiempo, fue descubriendo que Dios lo quería junto a los jóvenes. Fue en apostolado en la iglesia local donde Don Bosco fue haciendo camino y dando forma a sus sueños en propuestas concretas. Más adelante, fueron muchos los sacerdotes diocesanos que colaboraron con él en los primeros tiempos del Oratorio. Es también de sobra conocida su obediencia y lealtad al Papa.
El catecismo de la Iglesia católica nos dice que “…extraordinarios o sencillos y humildes, los carismas son gracias del Espíritu Santo, que tienen directa o indirectamente una utilidad eclesial; los carismas están ordenados a la edificación de la Iglesia, al bien de los hombres y a las necesidades del mundo”.
Los salesianos cooperadores, como portadores y garantes del carisma salesiano en lo cotidiano dentro del mundo que habitamos, no podemos quedarnos para nosotros lo que es un don para la Iglesia (“…una utilidad eclesial…”) y para el mundo (“… para el bien de los hombres y mujeres y las necesidades del mundo…”). La gran actividad de las obras salesianas, las importantes necesidades que hay en ellas, y nuestras propias dinámicas de vida apostólica y asociativa, nos llevan en ocasiones a no saber mirar más allá de la propia obra salesiana donde nuestro centro está inmerso.
El estar presente en la vida de la iglesia local, en sus actividades y propuestas, es un elemento enriquecedor que nos pone en sintonía con el resto de miembros con los que formamos un solo cuerpo, como dijo San Pablo a los Corintios (…”porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo…”.
Algunas de las propuestas recogidas en nuestro proyecto 2024-25 para la Región que nos invitan a ello son las siguientes:
- Celebración del Encuentro Regional en Málaga, “familia de Dios con estilo salesiano”, reflexionando en torno a nuestra misión en la Iglesia, conociendo y abriéndonos a las distintas realidades eclesiales.
- ¡Aquí estoy! En Santiago de Compostela mayo de 2025. Un encuentro de espiritualidad eclesial y carisma salesiano, para crecer en la fraternidad, identidad y pertenencia asociativa en un clima fraterno. Una propuesta para poder ser luz en el mundo y en la Iglesia desde la fraternidad en la Asociación.
- Mantener desde la Secretaría las comunicaciones con las diócesis, empezando por el envío de nuestro Boletín Regional.
- Trabajar en la participación de hermanos en encuentros y eventos de Pastoral Juvenil, del ambiente salesiano pero también de carácter eclesial, en ámbitos locales e inspectoriales.
Los salesianos cooperadores podemos ser muchas veces la punta de lanza del carisma salesiano dentro de las distintas dinámicas diocesanas. Dentro de nuestro compromiso en lo cotidiano formamos parte en ocasiones de comunidades parroquiales, movimientos diocesanos, asociaciones de laicos,…, donde debemos portar y custodiar el carisma que nos ha sido dado de forma gratuita para que lo pongamos a disposición del mundo y de la Iglesia. Os invito a regalar lo que somos y a dejarnos enriquecer por lo que los otros carismas de la Iglesia nos pueden aportar.
Para vivir, uno debe aprender a mirar la muerte a los ojos
(Erik Varden)