Hermana, ¿tiene ropa para un Jesús de 12 años?” Artémides Zatti

Javier Calzada.

El fin de semana pasado (18 y 19 de marzo) veintidós salesianos cooperadores hemos compartido la tercera sesión de la Escuela de Responsables, disfrutando del reencuentro y del descubrimiento de hermanos de toda la región. Diego Quesada, Fernando Llamazares y Benigno Palacios han sido los encargados de guiarnos y suscitar múltiples inquietudes en lo que se refiere a la formación, la animación y el acompañamiento en la Asociación de Salesianos Cooperadores.

Perdonad. Se me olvidaba que Alma García, en su papel de Lila, fue la primera invitada a este encuentro. Una dibujante implicada en transformar la realidad con una libreta y unos cuantos lapiceros[1] que “asistió” a la primera parte de este encuentro para cuestionarnos sobre nuestra mirada, metas y cambios, de cara a proyectar un nuevo curso con creatividad. Diego y ella nos provocaron para que, entre todos fueran surgiendo los elementos importantes de una buena programación para la formación en la Asociación. Desde el análisis de esa realidad que descubre Lila y con la que trabajamos nosotros, respondemos a las cuestiones sobre el cómo, el cuándo, para quiénes, para qué,…, a través de tres casos prácticos propuestos, que nos interpelan desde realidades muy cercanas a varios de los centros de los cooperadores presentes. El reto es cubrir los aspectos espirituales y formativos, las necesidades de la pastoral juvenil y la solidaridad en cada iglesia local.

En un segundo momento, Fernando presentó el papel del acompañamiento en nuestras comunidades de salesianos cooperadores. La propuesta nace tanto del Magisterio (Gaudium et spes, Christus vivit, Evangelii gaudium,…) como de los aguinaldos del Rector Mayor y nuestro PVA. Pero no penséis que se trataba de una revisión bibliográfica con documentos para justificar el acompañamiento salesiano. En este momento, la invitada especial de esta sesión fue la sinodalidad; Fernando expresó el acompañamiento en clave de acogida conjunta y dialogada de la vida, para favorecer nuestra relación con Dios y entre los hermanos, y para promover la misión, caminando juntos. En ese sentido, discutimos sobre el acompañamiento comunitario y la pedagogía de la bondad, el acompañamiento personal y el discernimiento, el papel del acompañante y, sobre todo, el necesario ambiente de diálogo, vida en familia y fe.

El tercer ponente, Benigno, nos reconecta con la sesión anterior de la escuela en noviembre. Trabajamos la propuesta de la formación inicial para los aspirantes a Salesianos Cooperadores. Sin perder de vista el PVA y los compromisos que adquiere el aspirante de cara a su formación, la invitada especial de esta sesión fue nuestra capacidad de adaptación. Es necesario tener en cuenta el contexto, la historia vital y el punto de partida de los aspirantes. Sus necesidades en los planos espiritual, humano, cristiano, eclesial, salesiano y asociativo son diferentes y marcan la distinta respuesta que debe dar la Asociación para cada persona. Por grupos, trabajamos la propuesta de diferentes unidades de formación conectadas entre sí para cubrir diferentes dimensiones del futuro Salesiano Cooperador, y diseñamos una unidad en particular, en base a las características de un grupo concreto de aspirantes. Discutimos la adaptación de contenidos y formato de la formación según las verdaderas necesidades de quienes disciernen sobre su vocación.

Fernando Llamazares condujo una nueva sesión en la que la invitada especial fue la imaginación y capacidad de proyección. Este momento se centró en la formación permanente y sus características, en contraposición con las de la formación inicial. Por grupos diseñamos una acción formativa dirigida, en diferentes contextos, a reforzar nuestro aspecto comunitario y construir una comunidad que sea referente para los jóvenes de nuestro centro. Este diseño incluía objetivos, contenidos, metodología, compromisos y sistemas de evaluación adaptados a cada caso práctico. Algunas de las propuestas que surgieron implicaban al Centro Local, y otras al Consejo Provincial. Unas se centraban en reforzar los signos identitarios de la comunidad y otras en la revitalización y visibilización de la comunidad cristiana, o en la celebración conjunta de la fe, y redescubrir las huellas de Don Bosco,… Los grupos propusieron cinefórums, mesas redondas, trabajar sobre el sueño de las primeras misiones de Don Bosco, combinar visitas de los lugares salesianos barceloneses con veladas y la participación en iniciativas de Plataformas Sociales, composición de himnos, mannequin challenges, gymkanas, encuentros gastronómicos,…

En la última sesión la invitada fue la musa de Internet, que nos presenta, a través de Fernando, la riqueza de recursos compartidos de cara a la formación desde la Asociación a nivel mundial, las diferentes provincias y la Familia Salesiana.

En definitiva, fue un fin de semana compartido por Salesianos Cooperadores dispuestos a trabajar para centrarse en la realidad de los destinatarios de nuestra formación, buscando en la creatividad soluciones reales adaptadas a las necesidades de cada momento, como hacía Juan Bosco.

Muchas gracias a Todos y un abrazo grande.