Antonio de la Flor y Teresa López

Hola FAMILIA. Somos unos privilegiados, si, acercarnos a cientos de personas y compartir reflexiones, pensamientos, contar historias reales. También es un compromiso de saber acertar, transmitir bien, contar las historias con pelos y señales, en definitiva, no es fácil.

Somos privilegiados con contar con muchos hermanos y hermanas dedicados a la bonita tarea de formar a cantidad infinita de estudiantes y aun teniendo esta oportunidad, hoy, transmiten en su inmensa mayoría, las dificultades que tienen para desarrollar su labor, todos coinciden en lo mismo: la familia.

Ésta, eje motor de los hijos, tiene serias dificultades para la educación de los hijos. Sin entrar a valorar ni descifrar los cientos de motivos que pueden ser los orígenes de este problema, debemos ser optimistas y ver todo estos desafíos como autenticas oportunidades para hacer de nuestra misión una alternativa para llegar a los jóvenes más necesitados.

La solución no está a la vista, ¡ojalá! Es más complicado, pero, no por ello debemos caer en tópicos que nos hacen perder el tiempo. Tampoco podemos comportarnos como un francotirador experimentado: solo, desde una torre, con una posición excelente, pero aislado de la realidad. No.

Tenemos la inmensa fortuna de pertenecer a una gran familia (con aciertos y fracasos) trabajando desde no hace mucho por ir dando respuesta a un elemento importante de la sociedad que nos ha tocado vivir, LA FAMILIA.

Y otra vez tenemos que recordar, el privilegio que tenemos, del elemento por excelencia que poseemos dentro de nuestra Familia Salesiana: «Hogares Don Bosco».

54 años preceden a esta bonita iniciativa y que han dado verdaderas muestras de contribuir al buen desarrollo de la creación de un ambiente por la vocación matrimonial y por ende a la familia. Los tiempos cambian y nos es fácil estar al día. Es necesario, pararse de vez en cuando, mirar atrás, ver los errores y volver a dar pasos en ir creando un modelo más actual de nuestro movimiento, si nuestro.

Los salesianos cooperadores tenemos la obligación de prestar atención, no por “narices” sino porque es necesaria la puesta en escena de todos los actores. Cada cual tiene su papel. Allí donde no se conoce el movimiento, las FMA, los SDB y nosotros, podemos aportar nuestros granito de arena. No es fácil, es difícil, si, pero es una oportunidad. Dejemos atrás, frases como: “esto ya lo hicimos, y “na”, o, “para que vengan cuatro”.

Priorizar es un vocablo tan preciso que, a veces, no lo sabemos interpretar. Se nos acusa en muchos momentos de nuestro excesivo número de reuniones, acciones de un color u otro, vamos, como un batallón de tanques, “palante” (adelante).

Debemos de enfrentarnos cara a cara a nuestra realidad, una sociedad, falta de valores, insolidaria, egoísta, materialista, etc. La responsabilidad es mía, no del otro. Si dentro de la Familia Salesiana, quienes tienen cargos de animación no pueden, es bueno que demos un paso adelante. Es también una muestra solidaria de compartir esta y otras misiones.

Seamos sinceros, también nosotros somos cobardes, dejamos a otros que den el paso, mientras nosotros, nos escondemos en: «no tengo tiempo, no puedo, tengo los niños pequeños, ahora es imposible». La foto final es: los mismos de siempre y en muchos sitios. Ánimo hermanos sin miedo. Esta es una aventura con riesgos pero que podemos vivir con intensidad. Hasta la próxima.

El elemento que da vida a toda interioridad es la oración
(Don Viganò)