Inmaculada Garzón Arboledas

Hola Isidre, ¿qué podemos en un primer momento saber de ti? (edad, lugar de nacimiento, trabajo, aficiones…)
Hola. Nací en junio de 1946 en Manresa, (aquella ciudad donde se retiró un tiempo san Ignacio de Loyola después de su conversión, mientras esperaba la ocasión de poder embarcarse para ir a Tierra Santa y donde escribió la obra de los Ejercicios Espirituales), provincia de Barcelona. Estoy viviendo, pues, el año 74 de mi feliz vida. De pequeño estudiaba en el colegio de los Hermanos de La Salle. Por circunstancias, yo hoy digo providenciales, a los nueve años mis padres me llevaron interno al colegio salesiano de san Juan Bosco en Horta (Barcelona). Y desde entonces que no me he movido del ambiente y vida salesiana, ya que de allí pase al seminario salesiano y, ¡aquí sigo y estoy!

Mi trabajo ha sido el de maestro, educador y toda la labor pastoral asociada al ministerio sacerdotal. Mis principales aficiones son el senderismo, el caminar por la montaña (o por la ciudad si no hay más remedio, como me pasa ahora), escuchar música clásica y la lectura. Soy curioso y me gusta saber un poco de todo para poder ayudar siempre mejor a quien lo necesite.

¿Desde cuándo eres sacerdote salesiano y por qué?
El despertar de mi vocación lo atribuyo al entusiasmo que despertaron en mí los encuentros que teníamos con los misioneros salesianos que pasaban por nuestro colegio de Horta, (en concreto me ha quedado muy grabado el recuerdo del salesiano Ignacio Rubio, misionero en la India ya fallecido) y también a la oración que antes de dormir siendo muy pequeño rezaba con mi madre a un santo, cuya estampa estaba encima de la mesita de noche y que tenía dos niños cogidos de la mano, para que me diese un buen porvenir. Ya de mayor me di cuenta que este santo era D. Bosco. ¡Y vaya porvenir me ha dado! Profesé como salesiano el 16 de agosto de 1962 y recibí la ordenación sacerdotal diez años después: el 11 de junio de 1972 en el teologado de Martí Codolar, en Barcelona.

¿Qué pastoral has desarrollado? ¿Qué misión te gusta más llevar acabo?
Después del noviciado y acabados los estudios de filosofía, antes de los de teología hice el trienio como maestro salesiano en la obra de Tremp, al norte de la provincia de Lérida y a las puertas de los Pirineos. Aquí también estuve otros tres años inmediatamente después de ordenarme sacerdote.
Después completé los estudios de teología catequética en la universidad salesiana de Roma (UPS), y al regreso mi vida salesiana continuó desarrollándose en el ambiente escolar en las casas de Badalona, Sabadell y Ciutadella (Menorca) de las que también he sido director.

A partir del 2001 el Sr. Inspector me destinó al ámbito parroquial y me he movido en las parroquias que los salesianos animamos en Girona, Sant Vicenç dels Horts y Ciudad Meridiana de Barcelona, siendo vicario en unas y en otras párroco.

Actualmente vuelvo a estar en Badalona, ya estoy en el segundo año de director de comunidad, también director de obra y encargado del Santuario de María Auxiliadora.

Siempre me he encontrado bien en todas las obras y misiones pastorales donde mi vida salesiana me ha llevado. En estas alturas de mi vida me encuentro muy contento y feliz en la labor parroquial y, evidentemente, acompañando a los SSCC de la provincia de la Mare de Déu de la Mercè.

¿Qué crees que necesitan hoy en día los jóvenes de nosotros?
Creo que hoy, más que nunca, los jóvenes necesitan personas ilusionadas y positivas que estén cerca de ellos y les acompañen, que sean referentes y testimonios vivos de la felicidad que supone plantearse la vida desde Jesús y como él ser compasivos y servidores de las personas y de la sociedad. Nuestra espiritualidad y carisma va por ahí. Hemos de ser siempre testimonios alegres de nuestra fe en Cristo Jesús, y por él del Dios Padre y del Espíritu que nos revela.

Seguro que conoces a muchos cooperadores pero ¿conoces la Asociación de salesianos cooperadores?
De una manera más completa e implicada conozco la asociación de salesianos cooperadores desde que llegué a Badalona el curso 1980. A partir de este año, salvo un paréntesis de siete, he estado en grupos de SSCC como delegado y acompañante. En estos 40 años he podido seguir toda la evolución, transformación y profundización espiritual y vocacional de la Asociación hasta llegar al actual Proyecto de Vida Apostólica. También desde mi situación de director de comunidad, en las casas donde he estado, he trabajado por dar a conocer la asociación de los salesianos cooperadores y proponer a personas concretas esta vocación y el ingreso en la asociación.

Actualmente en Badalona estoy acompañando a dos de los cuatro grupos de cooperadores que hay en la obra.

Tras, unos meses como Delegado Provincial: ¿qué supone para ti asumir este servicio acompañando a los cooperadores dentro de la Asociación? ¿Qué es lo que más te gusta? ¿Y lo que más te cuesta?
Estoy descubriendo la vida, la riqueza y el entusiasmo de tantos centros de SSCC de la provincia. Estoy descubriendo el Consejo Provincial y la implicación, seriedad y responsabilidad con que sus miembros se toman la tarea de animación. He sido muy bien acogido y entre ellos me encuentro muy bien y feliz.

Tengo el temor de no saber dar todo lo que se espera de mí. Me cuesta el retener e interiorizar tanta información y tantas personas. El campo a conocer se ha ampliado mucho y a mi edad la memoria retentiva flaquea mucho…, pero bueno ahí estoy y con entusiasmo. No quisiera perder, desde la sencillez salesiana, el saber acompañar y el estar cerca de las personas.

Gracias por compartir tu experiencia con nosotros y por acompañarnos en nuestro camino. Un fuerte abrazo.

La tempestad dejó al descubierto, una vez más, esa (bendita) pertenencia común
de la que no podemos ni queremos evadirnos; esa pertenencia de hermanos
(Momento extraordinario de oración en tiempos de epidemia, Papa Francisco)

Abrazar al Señor para abrazar la esperanza.
Esta es la fuerza de la fe, que libera del miedo y da esperanza
(Momento extraordinario de oración en tiempos de epidemia, Papa Francisco)