Boletín 93 de septiembre de 1970

 

Transcribimos el artículo publicado en la página 4 del boletín número 93 de septiembre de 1970 en la sección «Cooperadores y Tercer Mundo» bajo el título: «HAITI. Lecciones de la campaña del año pasado. La acción misionera de los centros.»

Vyasarpadi es un nombre que se ha hecho familiar en los hogares de los cooperadores este año pasado. Vyasarpadi ha hecho vibrar también a un puñado de Centros.

En algunos ha dado lugar a la formación de una vocalía o de un sector misionero. En uno de nuestros anteriores números citábamos al de Ripoll, que organizó un grupo misionero y sacó la campaña de los cortos límites del Centro a la calle. La colecta de cien mil pesetas acusa el impacto o la penetración de la labor del grupo.

Esta es la primera lección: En cada Centro debe organizarse la acción misionera.

A veces, por ejemplo, no sabemos qué hacer, porque los cooperadores, por su edad o por sus mu-chas ocupaciones, no pueden emprender obras de envergadura todos juntos.

Pues ahí están las Misiones Salesianas, que Don Bosco se las entregó y encomendó de modo especial a los cooperadores. Trabajar por ayudar a las misiones es algo que se puede hacer individualmente. Cada cooperador puede rezar, ofrecer sacrificios, puede elaborar una prenda de ropa, recoger medicinas, sellos de correos, suscribir a revistas misioneras, dar limosnas. Pueden interesar a otros a que hagan lo mismo.

Será suficiente decir en una reunión que se piden oraciones, limosnas, etc, para tal fin y bastará luego uno o dos cooperadores que recojan y ordenen lo que se recibe y lo envíen a la Delegación Nacional de Cooperadores. Esos mismos celadores o consejeros avivarán el fuego en las reuniones, harán que algún misionero, alguna que otra vez, hable sobre misiones y la actividad misionera del Centro está en marcha con toda la carga que el ideal misionero lleva consigo.

Organizar la acción de ayuda misionera no es tan difícil. ¿No se ofrecerá ningún o ninguna cooperadora a organizarla? Sepa que los delegados están deseando.

La segunda lección: Muchos donativos han sido resultado de auténticos sacrificios, por amor a Cristo doliente en otros hermanos más pobres, más necesitados que nosotros.

¿Qué cooperador no dará a este gesto un valor espiritual de primer orden? Este gesto implica vencimiento del egoísmo, práctica del consejo evangélico, aumento de caridad hacia Dios…

Este año la meta de nuestra ayuda está en Haití. Uno de los pueblos más necesitados del Tercer Mundo. En él la falta de recursos naturales, el exceso de población y el ser negros crean numerosos problemas.

Uno concreto, con las escuelas del Padre Bohnen, salesiano. En cifras estrictas: 2.000 negritos (dos mil), a los que proporciona diariamente escuela gratuita. El paga a los 40 maestros. Da de comer gratuitamente a los 2.000 niños de sus escuelas y a 1.000 más de escuelas estatales. Total 3.000 comidas gratis diarias.

El gasto de todo esto, supone al Padre Bohnen, tener que buscar más de 30.000.000 (treinta millones) de pesetas al año. Todas le llegan de limosnas. El Estado no puede darle nada. Vamos a ayudarle. […]