Raúl Fernández Abad

Estamos en el mes de junio. Este mes es época de Congresos, Asambleas y convivencias provinciales. Muchos Centros locales también se reúnen. Son momentos de reflexión, revisión y convivencia de los hermanos.

Es un buen lugar para recordar y preocuparnos por nuestros hermanos que no asisten regularmente y también convivir y conocer más a los aspirantes de nuestro Centro.
Es un buen momento para que nuestros aspirantes se integren en la vida de Centro y vayan conociendo también a los hermanos salesianos cooperadores que van a formar parte de su comunidad de referencia y va a ser el lugar donde va a vivir de primera mano la realidad asociativa (cf. artículo 36 PVA/E).

No es la primera vez que hablamos de la Formación, y en concreto de la Formación Inicial. En diferentes Boletines se han realizado referencias a este tema presentando en alguno de ellos documentos que nos ayudan en esta formación. Desde el Consejo mundial se ha elaborado un documento clave en este apartado: «Orientaciones e Indicaciones para la formación de los Salesianos Cooperadores». Un documento donde una de sus finalidades es llevar al Salesiano Cooperador a comprender la riqueza de su vocación para ayudarle a responder a los desafíos que el mundo, y de manera particular los jóvenes, plantean a la fe cristiana y a la misión salesiana, como nos indica nuestra coordinadora mundial emérita Noemi Bertola en el proemio del documento. Este documento nos recuerda las características de la Formación en Salesianos Cooperadores a través de los pilares. Esta Formación se estructura en base a:

  • Saber: conocimientos que es necesario adquirir.
  • Saber hacer: habilidades y competencias requeridas para afrontar situaciones.
  • Saber ser: los valores, las actitudes y las motivaciones que determinan la identidad propia del Salesiano Cooperador.
  • Saber vivir en comunión: desarrollo de una comprensión de los demás y a la valoración del aspecto relacional y de comunión.

La Formación en Salesianos Cooperadores no solo es teórica, sino que se debe complementar en estos cuatro pilares. Esto es que nuestra formación no puede dejar de lado el saber vivir en comunión. Por ello en nuestra Formación Inicial los aspirantes deben vivir plenamente la vida y las actividades del Centro local con el fin de desarrollar este último pilar. Si nos sentimos llamados a una vocación tenemos que conocer a los hermanos que nos van a acompañar en el camino. La Región Ibérica se ha preocupado, desde hace mucho tiempo, de cuidar la Formación Inicial y facilitar materiales para llevarla adelante. Estos materiales están a disposición de todos los formadores y han sido actualizados siguiendo las premisas del documento antes mencionado. Este plan de formación ha sido aprobado por la Consulta regional para que se desarrolle en nuestra Región en nuestros grupos de aspirantes. Este último párrafo me lleva a una reflexión que podemos llevar adelante este verano. Y os la presento con una serie de preguntas:

  • ¿Conocemos la existencia de este plan? ¿Lo seguimos en nuestros grupos de aspirantes?
  • En el grupo de aspirantes que acompaño ¿aplicamos los principios que nos recomienda el documento de «Orientaciones…»?

Os animo a que en vuestros grupos de Aspirantes llevéis adelante este plan establecido desde la Consulta regional. Feliz mes de junio.

Los montes se correrán y las colinas se moverán,
pero mi amor no se apartará de tu lado.
(Libro de Isaías 54, 10)