fabio¿Cómo ha vivido el Bicentenario y que conclusiones saca?
A nivel personal sin duda el Bicentenario para mí fue una experiencia muy fuerte porque hice el esfuerzo de hacer no solamente una lectura un poquito más profunda de la vida de Don Bosco, sino también de ponerme enfrente de esta experiencia carismática dejándome interrogar lo que quiere decir para mí la historia de Don Bosco hoy, en este momento de mi vida que esta responsabilidad, que tengo esta misión.

Creo que desde ese punto de vista ha sido un año muy interesante que me ha ayudado mucho a descubrir la belleza de Don Bosco pero también a hacer todo lo posible como SYM no tanto como consejero, a vivir esta vida en relación con los desafíos que tengo. Después está el lado institucional, el Bicentenario ha sido una experiencia para nosotros de la pastoral juvenil al interior de todo un camino de pensamiento de la pastoral juvenil salesiana.

La experiencia que hemos vivido en la semana del SYM Don Bosco hemos buscado proponerlo no como un evento sino como una experiencia, un momento fuerte que nos facilite, el conocimiento, la memoria del carisma, que nos ayude a vivir la comunión, pero también a descubrir que hoy como ayer y como mañana, nosotros tenemos que descubrir que el Señor nos llama como misioneros a los jóvenes, creo que el Bicentenario en este sentido es un momento que continúa ,no es que cuando terminó el Bicentenario termino es una experiencia que continua fortaleciendo en este sentido, en esa dirección.

¿Qué episodio de la vida de Don Bosco te gusta más?
Llevo conmigo siempre una imagen de Don Bosco, desde niño ya empecé el oratorio mi isla donde los Salesianos lo han dejado después de tres meses de mi presencia allá, pero han dejado una fuerte presencia de Don Bosco, lo que queda conmigo no es un episodio lo que queda conmigo siempre hasta ahora y siempre es el rostro de Don Bosco un rostro que dice todo que comunica familiaridad es un rostro que comunica también la urgencia pastoral, es un rostro que comunica el amor de Dios , que a mí me llega a través del rostro humano de Don Bosco, que comunica la urgencia que hoy tenemos de escuchar a los demás. Quiero decir que más que un episodio siempre he llevado el rostro de un hombre de Dios, pero también de un hombre que tiene una fuerte conexión con la historia especialmente la historia de los jóvenes.

¿Cómo podemos ser los Salesianos Cooperadores signos y portadores del amor de Dios a los jóvenes?
Lo importante es no perder la visión que tuvo Don Bosco de los cooperadores como continuación de la misión Salesiana en una forma no consagrada que en su tiempo era una cosa muy nueva, hoy estamos viendo que lo que Don Bosco quería es lo que el Concilio Vaticano ll nos propone, es interesante porque lo que quiere decir hoy ser Iglesia Don Bosco lo veía en su tiempo viendo a los cooperadores que ellos continuarán la misión Salesiana fuera de las estructuras, pero con el mismo espíritu, si SDB no tienen Salesianos Cooperadores una parte de la misión Salesiana y cuando digo misión no me refiero a personas que hacen cosas, sino me refiero a misión como experiencia hay una parte de la misión salesiana que está ausente, falta. En mi experiencia antes de ser elegido consejero general, en la formación de los padres en la formación de los laicos yo quería ver como punto de llegada, una formación que hace de las personas Salesianos Cooperadores que comparten con nosotros la misión que la viven en sus espacios en sus momentos y en sus modalidades.